Una vida con el Alzheimer
“Confrontarse con el olvido, la pérdida de la identidad y la fragilidad en un mundo desprovisto de compasión. ¿Es esto la muerte?, se cuestiona Blanca, ahí, en la cama de un hospital, un momento antes de olvidar por completo quién es ella, antes de que su memoria, cual máquina de obturación, deje pasar la última línea de luz…”. Estas letras son parte de la contraportada del libro escrito por Victoria Dana: “Las palabras perdidas”.
El Alzheimer es una enfermedad progresiva que afecta a la memoria y otras funciones mentales, además de ocasionar trastornos del comportamiento, cambios en la personalidad, deterioro motor, dificultad para comunicarse, problemas de atención, orientación, confusión, ansiedad, irritabilidad, apatía, agresión, depresión, entre otros.
Tener un familiar cercano con Alzheimer es duro y difícil. Un gran desafío para la familia es aceptar lo que le sucede a su ser querido. La aceptación y la reflexión sobre los cambios ayudan a sobrellevar la pérdida emocional. Es muy importante informarse. Comprender la enfermedad ayudará a la adaptación de una nueva realidad.
Las alteraciones del comportamiento suelen ser un gran problema para la familia y los cuidadores. Es importante que se ayude al paciente en lo necesario procurando facilitar la independencia en la medida de lo posible. Evitar dejarlo solo, no avergonzarlo, ni discutir con el afectado y mantener la sensación de valor, dignidad y autoestima.
Es muy importante el acompañamiento psicológico ya que hay técnicas que pueden ayudar a minimizar algunos comportamientos del paciente, pero definitivamente la familia, los cuidadores requieren fortaleza y una actitud positiva.
El esfuerzo constante por ser empáticos y tolerantes, implica un gran desgaste emocional a la familia. Es común que sientan culpabilidad por expresar cansancio, enojo o incluso miedo. Aprender sobre la evolución de la enfermedad permite prepararse para los desafíos futuros y fomentará expectativas más razonables y menor frustración.
No hay que dejar de lado que la familia también ha sufrido una pérdida y buscar terapia psicológica puede resultar de gran beneficio.
Los cuidados de una persona con Alzheimer requieren un gran esfuerzo que debe hacerse con compromiso y amor. Esto solo se puede lograr cuando el cuidador que lleva a cabo esta labor se cuida a sí misma con comprensión y amor.
Por: LP. Sandra Mar
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